miércoles, 19 de septiembre de 2012

Faustino Linares / Abogado Asociación Concesionarios de Playa

Ha pasado mucha agua bajo el puente pero la playa sigue estando no en óptimas condiciones ambientales y paisajísticas a pesar que es un recurso mayor sustentable del Partido de Pinamar.
Haciendo memoria:
En el año 1997 la municipalidad recurre a la Universidad Nacional de La Plata realiza un estudio ambiental donde ya anunciaba las serias amenazas que sufría el Frente Marítimo. 
En el  2004, con el crecimiento poblacional, mediante convenio, la Municipalidad de Pinamar encarga a la UNLP un nuevo estudio, actualizando el diagnóstico dado en 1997.
La Provincia delega a los municipios la potestad de administración económica, porque ello representa una de las bases de la economía regional costera, reservándose el poder de  policía ambiental, creando la Unidad de Coordinación de Manejo Costero Integrado para supervisar, controlar el manejo costero.
En octubre de 2009, se elabora el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) que sirve jurídicamente a la  creación de la Ordenanza Nº 3754/09 sancionada y promulgada el 16/11/2009 por el entonces intendente interino Rafael De Vito.
La Ordenanza aprueba el Plan de Manejo Integrado y también el ordenamiento territorial y ambiental de los balnearios y en el art. 11 autoriza al llamado de licitación de las UTF para su explotación por 15 años.
Luego del cambio de concejales, mediante Ordenanza el Legislativo solicita la intervención de  organismos como el Tribunal de Cuentas, Fiscalía de Estado, Asesoría General de Gobierno y el OPDS.
A partir de los hechos narrados, una sucesión de impedimentos llevó hasta el día de hoy a que la playa siguiera deteriorándose en perjuicio del erario municipal, de  los concesionarios, turistas y los habitantes estables de Pinamar. 
El OPDS hizo observaciones ambientales, corregibles, pero no observó el modo de Licitación, la cual no tendría ninguna objeción y que está en vigencia de acuerdo a la Ordenanza 3954/09 sancionada y promulgada. 
Todo esto llevó a que Utopías consultara al abogado Dr. Faustino Linares representante de la Asociación de  Concesionarios de Playa a quien se le solicita en primer término explique en que etapa se encuentran las denuncias hechas en el Juzgado de Dolores.
F.L. Judicialmente se encuentra  en un período de presentar pruebas, informes, entrega de documentos a raíz de no adjudicar las ofertas. Esto se produce luego del cambio de gestión en el Concejo dado que los anteriores salientes, aprobaron la Ordenanza y estaban los concejales de acuerdo en que había que remediar la playa. Intentaron derogar la Ordenanza y no pudieron porque no hay ningún impedimento ni organismo que dijera que la Licitación está mal, por lo tanto la Ordenanza es hábil, apta y legal.  
-Con el informe de la Fiscalía de Estado ¿tendrían los ediles que estudiar las ofertas?
F.L. El círculo se cerraría con la presentación de un anexo a la Ordenanza corrigiendo lo expuesto por el OPDS pero la situación está estancada.
¿No se ha solicitado una Auditoría Ambiental?
F.L. No me consta que se haya solicitado.
-Han llamado a los concesionarios a debatir el problema
F.L. Jamás nos llamaron a una mesa de debate. Han citado a cuanta institución hay en Pinamar, MEDA; CAAIP, etc, etc, pero nunca a los concesionarios sabiendo que la playa es un recurso  genuino cuya entrada significa mucha ganancia al estado y sin embargo pareciera que ponerse de enemigo les complacería.
-Tres años sin hacer nada; sólo oponerse  políticamente a que Pinamar muestre otra cara, más prolija, limpia y embellecedora, además de no olvidar lo más importante: la salvación de la playa y del recurso económico que representa para todo el pueblo una temporada turísitica buena. El deterioro que se viene anunciando de 1997, que siguió y en forma alarmante con la cantidad de habitantes y la afluencia de turistas. Ahora la comunidad está sometida a algunos autoritarios que gobiernan desde el Concejo Deliberante sin importarles el perjuicio que causan a la sociedad a los cuales habría que hacerles juicio por la inacción en el tratamiento del tema; dejar que el mar, en su naturaleza, siga ganando terreno y perjudicando cada vez más la costa pinamarense.  

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