La complejidad de la cuestión de la seguridad en el partido de Pinamar, no es fácil de solucionar y llevar adelante por los diversos factores que la componen.
En un pueblo chico como el nuestro, no tendría que ser preocupación mayor de sus habitantes como sucede en estos últimos tiempos. Pero lo es.
Los adolescentes ociosos causan preocupación porque no estudian y no trabajan. La droga ayuda a crear conflictos y agresividad. El obtener dinero para compararla sea como sea, también es un caso no menor, porque ahí podría generar y crear, ladrones, asaltantes, etc, etc. Hay inactividad en ofrecimientos de trabajo pero tampoco se distingue mayormente, centros culturales en las distintas localidades que los pueda albergar como así también centros deportivos, salvo las instituciones privadas.
Personajes "non santos" que llegan de la zona. Aquí juega un rol importante las cámaras de seguridad. No están totalmente habilitadas las 24 horas del día los 365 del año. Graban pero en determinados horarios no hay personal monitoreando y esto es importantísimo que se solucione. Buscar en las grabaciones después que sucede el delito no es lo que conviene a la sociedad. El Concejo tampoco ha presentado el caso de preguntar el por que de esta situación.
La Guardia Urbana que aún no está en funciones, vendría a suplir la falta de policías que tiene el partido. Pero no es la solución definitiva.
Cuatro comisarías, una para cada localidad, tienen a su cargo miles de habitantes: dejando de lado Cariló con unos mil residentes, todas las demás, tienen una carga que supera a la seguridad que podrían brindar. Valeria del Mar, cuyo establecimiento se encuentra instalado en Bathusrt, tiene muchas cuadras a recorrer si alguien cerca de la ruta, llama por una urgencia; eso ocurriría si hay personal disponible y vehículo. Lo mismo sucede en Ostende, situada la Comisaría en Arcachon y Víctor Hugo, con lo cual un llamado de la costa, sería imposible atenderlo en menos de 7 minutos. En Pinamar, zona norte, avda. Del Mar, un móvil tendría que recorrer desde Bunge y Júpiter hasta allí y por más que se lo proponga no es Supermán para llegar volando.
¿Qué haría falta? Más comisarías, más personal, más equipamiento, más estructuras edilicias, mejores sueldos al personal policial, más de todo que la provincia no puede llevar adelante porque no podría solventar los gastos.
No es suficiente el número de agentes para cubrir toda el área de seguridad. ¿Se insiste en formar policías del lugar y ubicarlos a trabajar? Seguramente no, porque nuevamente la provincia no puede invertir más en personal.
Por otra parte no hay exigencias del gobierno, no hay reuniones con el gobernador y con el Ministro de Seguridad de la Provincia para que mínimamente se ocupe de los reclamos de la gente de Pinamar. Lo que se dice vulgarmente "romperle los kinotos" hasta que escuche y comience a accionar. La provincia carga a las intendencias todo lo que ella tiene que hacer en los distintos partidos y no hace; así cada municipio tiene que solventar, la seguridad, la salud y la educación.
La policía con sus magros sueldos, paradoja, es la más castigada pues tendría que comprarse su abrigo, su arma y hasta las balas.
También es cierto y habría que llegar bien al fondo de la investigación, que en cada elección aumenta el delito, porque habría casos de chicanas políticas.
Justo en este momento político saldrían a hablar del tema; es importante que lo hagan los políticos y que se ocupen, pero en la mayoría de los casos, salvo excepciones, cuando llegan a ocupar una banca se olvidan de lo que hablaron o si presentan algún proyecto, al otro no le conviene o no le gusta y lo cajonea. También con esto hay que terminar observando quien y de que partido en realidad se ocupa del pueblo.
Lo dicho: no es fácil solucionar esto, pero si no se habilitan los instrumentos que tenemos a mano, menos podrán encaminar la seguridad en el partido de Pinamar.
En un pueblo chico como el nuestro, no tendría que ser preocupación mayor de sus habitantes como sucede en estos últimos tiempos. Pero lo es.
Los adolescentes ociosos causan preocupación porque no estudian y no trabajan. La droga ayuda a crear conflictos y agresividad. El obtener dinero para compararla sea como sea, también es un caso no menor, porque ahí podría generar y crear, ladrones, asaltantes, etc, etc. Hay inactividad en ofrecimientos de trabajo pero tampoco se distingue mayormente, centros culturales en las distintas localidades que los pueda albergar como así también centros deportivos, salvo las instituciones privadas.
Personajes "non santos" que llegan de la zona. Aquí juega un rol importante las cámaras de seguridad. No están totalmente habilitadas las 24 horas del día los 365 del año. Graban pero en determinados horarios no hay personal monitoreando y esto es importantísimo que se solucione. Buscar en las grabaciones después que sucede el delito no es lo que conviene a la sociedad. El Concejo tampoco ha presentado el caso de preguntar el por que de esta situación.
La Guardia Urbana que aún no está en funciones, vendría a suplir la falta de policías que tiene el partido. Pero no es la solución definitiva.
Cuatro comisarías, una para cada localidad, tienen a su cargo miles de habitantes: dejando de lado Cariló con unos mil residentes, todas las demás, tienen una carga que supera a la seguridad que podrían brindar. Valeria del Mar, cuyo establecimiento se encuentra instalado en Bathusrt, tiene muchas cuadras a recorrer si alguien cerca de la ruta, llama por una urgencia; eso ocurriría si hay personal disponible y vehículo. Lo mismo sucede en Ostende, situada la Comisaría en Arcachon y Víctor Hugo, con lo cual un llamado de la costa, sería imposible atenderlo en menos de 7 minutos. En Pinamar, zona norte, avda. Del Mar, un móvil tendría que recorrer desde Bunge y Júpiter hasta allí y por más que se lo proponga no es Supermán para llegar volando.
¿Qué haría falta? Más comisarías, más personal, más equipamiento, más estructuras edilicias, mejores sueldos al personal policial, más de todo que la provincia no puede llevar adelante porque no podría solventar los gastos.
No es suficiente el número de agentes para cubrir toda el área de seguridad. ¿Se insiste en formar policías del lugar y ubicarlos a trabajar? Seguramente no, porque nuevamente la provincia no puede invertir más en personal.
Por otra parte no hay exigencias del gobierno, no hay reuniones con el gobernador y con el Ministro de Seguridad de la Provincia para que mínimamente se ocupe de los reclamos de la gente de Pinamar. Lo que se dice vulgarmente "romperle los kinotos" hasta que escuche y comience a accionar. La provincia carga a las intendencias todo lo que ella tiene que hacer en los distintos partidos y no hace; así cada municipio tiene que solventar, la seguridad, la salud y la educación.
La policía con sus magros sueldos, paradoja, es la más castigada pues tendría que comprarse su abrigo, su arma y hasta las balas.
También es cierto y habría que llegar bien al fondo de la investigación, que en cada elección aumenta el delito, porque habría casos de chicanas políticas.
Justo en este momento político saldrían a hablar del tema; es importante que lo hagan los políticos y que se ocupen, pero en la mayoría de los casos, salvo excepciones, cuando llegan a ocupar una banca se olvidan de lo que hablaron o si presentan algún proyecto, al otro no le conviene o no le gusta y lo cajonea. También con esto hay que terminar observando quien y de que partido en realidad se ocupa del pueblo.
Lo dicho: no es fácil solucionar esto, pero si no se habilitan los instrumentos que tenemos a mano, menos podrán encaminar la seguridad en el partido de Pinamar.