lunes, 2 de septiembre de 2013

Opinión / Luis E. Rodi

Leyendo el correo más abajo, recibido por parte de la Juventud Radical, no queda más que llegar a la conclusión que la comunidad pinamarense  es víctima, rehén de esta sucia política del gobierno nacional que no  mide consecuencias con tal de ganar un voto más; pero ojo porque el pueblo mismo se flagela.

Algo de lo que expresan había llegado a nuestros oídos, es decir la recolección y  envío de agentes policiales, a distritos grandes donde hay que mejorar el voto. Pinamar no  tiene ni es una ciudad como Mar del Plata, por lo tanto calculan desde el gobierno que los votos que obtuvieron no van a aumentar   de forma que los ayude  a engrosar su elección, pero sí lo haría Mar de Plata.
Esa  forma de discriminar que tendría el gobierno provincial y nacional, es permitida gracias a los obsecuentes de turno que los votan y que ni siquiera levantan la voz para defender lo suyo.
Seiscientos agentes enviaron o enviarán a Mar del Plata, más doscientos prefectos, sacados de otros distritos.
En Pinamar, NADA. Cariló lloró y pateó  en provincia y le enviaron seis agentes más. ¿Y el resto del partido? Discriminación pura. O pasividad, vacas mirando la ruta detrás  del alambrado.
Un pueblo que sigue votando en casos a delincuentes, a políticos que los ha llevado al estado  en que  hoy se encuentra la sociedad en total desprotección,  a políticos que como en este caso, niegan el trato igualitario a todos por  un voto, un  pueblo como Pinamar que sólo  saben hablar en las redes y cuando los convocan no  van poniendo, miles de pavadas de excusa, merece lo que tiene.
¿Por qué no  se organizan y van en caravana al Ministerio de Seguridad de la provincia a reclamar al Ministro y al Gobernador, mejores sueldos para la policía, y más agentes para Pinamar? No diez ni veinte coches, cien vehículos, hacer bastante ruido con bocinas, reclamando con educación, sin  gritos, con  una delegación elegida para  hablar, no todos juntos a lo loco, sin agresividad, pero haciéndole ver que el pueblo está y se preocupa.
No van porque la mayoría no levanta el traste de la silla y espera que otros le arreglen las cosas.
Reitero: vacas mirando la ruta detrás del alambrado y además en octubre,  póngale el voto otra vez, a lo  mejor los delincuentes se asustan de los planes de  Casal y de Scioli.

Luis E. Rodi
Utopías de Pinamar

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