La humedad y el calorcito hace estragos el ambiente en Pinamar.
Hay zonas donde es imposible transitar salvo que se lleve una máscara, por los olores nauseabundos que provienen de las cloacas que derivan en las lagunas de derrame totalmente desbordadas que CALP arroja a cielo abierto a los campos e Madariaga.
Del lado de Pinamar hacia Ostende, quien transita por la Ruta 11 podrá aspirar el perfume que emana de las lagunas de derrame y de las zanjas que construye la empresa para desviar los líquidos cloacales a campos del vecino partido.
Esto sin llegar a la temporada alta y el fuerte calor lo que es un verdadero problema que se crea cuando llega el olor hasta la terminal de ómnibus, depende de donde sople el viento.
La empresa CALP no invierte en obras relacionadas con esta cuestión, no puede hacerlo por falta de presupuesto, mala administración y otras cuestiones. Pretende aumentar la tarifa no se sabe con que fin, pero sin tener en cuenta que los usuarios pagan mucho más que en otros partidos -caso Madariaga- por un servicio malo. Claro que en Madariaga no hay intermediarios es la empresa de electricidad que maneja la distribución y cobro.
La planta depuradora, un monumento a la inoperancia, hasta el cartel le han sacado. Costaría millones su construcción y la provincia no está en condiciones de hacerlo.
Han ofrecido otra opción potable con menos costo que ese monumental despliegue de dinero en Madariaga, que se construiría sobre las lagunas de derrame, pero no se tuvo en cuenta quizá porque CALP no puede invertir en una obra que aunque saldría la cuarta parte de lo que pretende hacer la provincia, no tendría forma de gestionar crédito para llevarla a cabo.
El intendente Popovich, estaría mirando para otro lado pese a que sabe que les están pudriendo los campos con el pis y la caca de Pinamar.
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