Hace un tiempo atrás publicábamos los riesgos para la población que constituía la detección de arsénico en el agua potable de consumo general.
Este informe aclara varios aspectos a tener en cuenta:
Todos sabemos que nuestro cuerpo está constituido en un 70% por agua. Que no podemos sobrevivir más de tres días sin tomar agua. Y que el organismo necesita agua de buena calidad.
Este informe aclara varios aspectos a tener en cuenta:
Todos sabemos que nuestro cuerpo está constituido en un 70% por agua. Que no podemos sobrevivir más de tres días sin tomar agua. Y que el organismo necesita agua de buena calidad.
En la Argentina, el principal contaminante del agua es un metal, el arsénico. Hoy, hay cuatro millones de personas con posibilidad de contaminarse con arsénico, tal como lo informa la doctora en Química e investigadora de la CNEA, Marta Litter, en su presentación "La problemática del arsénico en la Argentina: el HACRE". Eso implica que el 10% de la población está en riesgo. Para tener una idea de lo que significa, basta mencionar que, según el censo 2010, en la ciudad de Buenos Aires viven 2 millones 891 mil personas. Para los que habitan en esta ciudad, la buena noticia es que el agua que llega a sus hogares no contiene arsénico porque proviene del Río de La Plata.
"En Capital Federal, el problema es el gusto y el olor a cloro, pero a diferencia del arsénico, el cloro no es cancerígeno", dice Fabiana Russo, pediatra y toxicóloga del Hospital Argerich.
La ruta del arsénico comienza en el Norte, en Salta y Jujuy, y baja por Tucumán, La Rioja, Catamarca, San Juan, Chaco y Santiago del Estero; cruza San Luis, Mendoza, Córdoba, Santa Fe, La Pampa, Río Negro, Neuquén y gran parte de la provincia de Buenos Aires, y llega a la costa atlántica. En total, son 16 provincias las afectadas.
Su origen es natural y data de los tiempos en que se formó la Cordillera de los Andes. En ese tiempo, explican los geólogos, cenizas volcánicas con alto contenido de ese metal volaron por nuestro territorio y quedaron depositadas en las capas geológicas. Hoy, el arsénico está en las napas, en los mismos pozos de donde se extrae el agua. Además, en los últimos años el mismo hombre se ha encargado de agregar más a través de su uso indiscriminado en la industria y la agricultura.
El experto en ecología Antonio Brailovsky reconoce que el problema es "preocupante" y que se "necesitan políticas públicas".
"A esta altura del desarrollo tecnológico, es sólo una cuestión de dinero. Habría que hacer inversiones en filtros que eliminen el arsénico. El problema es dónde ponemos la plata. Cuando los investigadores argentinos van a los congresos internacionales con los datos de arsénico en agua no les pueden creer que acá envíen eso por la red", agrega Brailovsky
N.d.R.- Ha llegado información que en Pehuajó existe ese problema y así lo testifica la Srta. Maríade los Angeles en este comunicado:
.Soy María de los Ángeles Ruiz, vivo en Pehuajó. Tengo diagnósticos de hacre. Tengo una polineuropatía periférica provocada por consumir durante años agua de red provista en la actualidad por la empresa ABSA.
N.d.R.- Ha llegado información que en Pehuajó existe ese problema y así lo testifica la Srta. Maríade los Angeles en este comunicado:
.Soy María de los Ángeles Ruiz, vivo en Pehuajó. Tengo diagnósticos de hacre. Tengo una polineuropatía periférica provocada por consumir durante años agua de red provista en la actualidad por la empresa ABSA.
Mi enfermedad es crónica. Ahora me queda esperar un tratamiento del dolor. Los gobiernos nacional, provincial y comunal han optado por minimizar el problema, y mientras tanto las empresas encargadas del servicio, como ABSA, continúa cobrando por suministrar un producto tóxico.
Mientras tanto también, nos siguen envenenando un poquito cada día, pero todo se tapa para que nada trascienda.
Y por casa ¿cómo andamos?
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