El día del Maestro, el pasado jueves 11 de septiembre, el área educativa de la Provincia se convirtió en noticia por la reforma educativa que elimina los aplazos en la escuela primaria, saltea cursos ya que si por distintas circunstancias debe repetir y dejó la escuela, al ingresar pasaría al año que le correspondería a su edad.
Lo que no habría trascendido es que un día antes la legislatura bonaerense había sancionado un proyecto que permite que militantes sociales sean considerados docentes aunque no tengan título habilitante ni formación pedagógica oficial.
La denominada Ley de Incorporación de la Modalidad de Escuela Comunitaria al Sistema de Educación Formal beneficia a los centros comunitarios y a quienes allí colaboran con el cuidado de chicos vulnerables de entre 45 días y 5 años.
Cuando se promulgue la norma, los establecimientos mencionados alcanzarán la jerarquía de "escuelas de nivel inicial" y quienes están al frente de los cursos con los menores serán considerados maestros, con todos sus derechos legales.
Cabe mencionar que la iniciativa fue de la diputada kirchnerista Alicia Sánchez (pareja de Luis D'Elía), quien argumentó que era necesario "reconocer el valor y la dignidad del trabajo que mujeres y hombres sostienen cotidianamente en las instituciones comunitarias, motivadas con el único objetivo de promover la inclusión social a través de la educación".
Es evidente que este nuevo invento para crear más puestos políticos hace que la educación en el país sea cada día más inferior, sin contenidos, sin pedagogía, sin educadores recibidos, sin formación educativa, sólo con una muestra personal quizá de lo que cada uno sabe de su propia experiencia con sus hijos, atreviéndose a formar niños en una edad donde queda grabado lo que recogen de quienes los cuidan.
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