El Frente Marítimo, recurso natural y entrada económica prioritaria del partido de Pinamar, ha sido y es tema de discusión por cinco años, desde que se tuvo la idea de aggiornar y frenar el avance del agua en la playa, llevándose la arena y dejando cada vez menos espacio de esparcimiento, cargándola de hormigón, de estructuras inútiles como piscina a la orilla del mar.
Tras idas y vueltas durante ese tiempo indicado, mientras Legislativo y Ejecutivo miraban sin ver el horizonte, el frente marítimo cada vez se deterioraba más; la inercia manifestada de concejales e intendentes hizo de este caso una escalera política en cada elección donde pasado el momento de furor se caía en el cajón del olvido.
Por esas cuestiones que ya no daba para más, el OPDS -que también colaboró en atrasar la cosa- dictaminó que si se realizaban algunos retoques el proyecto de una nueva playa podía avanzar.
Así se llega al día de hoy, documentos en mano, pero...
Siempre hay quien ponga el granito de arena para que esto se siga dilatando. Habla Lucas Ventoso de realizar una nueva licitación; otros concejales no están de acuerdo con esto y aquí empiezan a pujar.
¿Qué podría traer aparejado una nueva licitación?
Los concesionarios con una única oferta ¿permitirán que repetidamente se trate el tema en forma global y que no se estudie uno por uno?
¿Podrían caer más juicios sobre la municipalidad si esto sucediera?
¿Quién se hace cargo del costo?
¿Conocen de administración pública aquellos que intentan entrar o están con un cargo público manejando el destino de miles de personas?
¿Otra vuelta de tuerca para no llegar a nada?
Estas y otras preguntas más quedan flotando en el aire, mientras el mar sigue tragándose costa.
No se piensa a futuro, no se ve más allá del horizonte.
Nelly Maletich
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