La Sra. Lorena Soledad Lescano y su hijo de diez años, desaparecieron cuando iban camino de Ostende a la escuela 1 de Pinamar, el pasado 29 de julio, no llegando al establecimiento.
Sólo se supo de una maestra que los vio el mismo día de la desaparición caminando por la playa en dirección a Cariló.
La mamá es una persona con algunos problemas y necesita de medicación.
¿Qué estaría sucediendo que la policía no podría dar con su paradero u obtener datos de alguien que los haya visto?
Pinamar ya no es un pueblito de cinco mil personas, donde la policía podía controlar todo; ahora cuenta con cuarenta mil y quizá habría que aggiornar a los efectivos policiales, porque no estarían preparados para actuar en estas contingencias.
El homicidio de una señora en Valeria, dos en Cariló y el último de la psicóloga en Pinamar, casos sin resolver, dejan dudas sobre el accionar de todo lo que hace a la seguridad en el partido, sin políticas consistentes que emanen del Ejecutivo, sin recursos económicos de la provincia; sin una capacitación anual a los policías para actualizarlos sobre los distintos sistemas de delincuencia; sin medios; personal con magros sueldos.
Ojalá no se tenga que lamentar una desgracia.
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