El cholulaje al día, competición de mujeres por sus ropas, política y un vacío de seriedad, dejó ayer noche la entrega de premios Martín Fierro.
Un negocio más para quienes gobiernan la ciudad, dado que se permitió la presencia a público en general, pero cobrando entrada.
La mitad de los premiados, no era trasmitido en vivo sino que fue grabado y un sólo presentador, Marley por momentos se hacía monótono escucharlo.
Algunos premios suficientemente repetitivos a los mismos programas o personas, durante años, que hace pensar en un acomodamiento o puestos a dedo, cuando se compara con otros de los canales de aire, que suelen ser igual o mejor que el premiado; caso de el informativo de canal 13, donde la pelea Santos-Santillán no permitió que estuvieran presentes en la entrega y de Magdalena Guiñazú, tantas veces premiada que ya aburre su parloteo intrascendente.
A los recién llegados o jóvenes APTRA no los motiva, más bien los detesta, eso lo demuestra los premios a quien se los han dado.
Quedó en evidencia la falta de programas culturales, cuando en la terna sólo estaban tres de Canal 7 que tuvieron que competir entre ellos; los demás canales brilla por ausencia programas de este tipo dando muestra de cuanta falta de ciclos educativos y de lo nuestro carece la televisión.
A pesar de ser el canal oficial (eso ya lo dice todo) tiene algunas cosas interesantes pero APTRA ya se politizó y se durmió en los laureles, porque no es imparcial y tampoco como se expresa arriba, no motiva a los jóvenes, salvo raras excepciones que a ellos les interesa que estén.
Utilizar el Teatro Colón para esta farsa fue demagogia que los organizadores propusieron tratando de convencer al público que era un evento serio y de calidad. Nada más lejos.
Un negocio más para quienes gobiernan la ciudad, dado que se permitió la presencia a público en general, pero cobrando entrada.
La mitad de los premiados, no era trasmitido en vivo sino que fue grabado y un sólo presentador, Marley por momentos se hacía monótono escucharlo.
Algunos premios suficientemente repetitivos a los mismos programas o personas, durante años, que hace pensar en un acomodamiento o puestos a dedo, cuando se compara con otros de los canales de aire, que suelen ser igual o mejor que el premiado; caso de el informativo de canal 13, donde la pelea Santos-Santillán no permitió que estuvieran presentes en la entrega y de Magdalena Guiñazú, tantas veces premiada que ya aburre su parloteo intrascendente.
A los recién llegados o jóvenes APTRA no los motiva, más bien los detesta, eso lo demuestra los premios a quien se los han dado.
Quedó en evidencia la falta de programas culturales, cuando en la terna sólo estaban tres de Canal 7 que tuvieron que competir entre ellos; los demás canales brilla por ausencia programas de este tipo dando muestra de cuanta falta de ciclos educativos y de lo nuestro carece la televisión.
A pesar de ser el canal oficial (eso ya lo dice todo) tiene algunas cosas interesantes pero APTRA ya se politizó y se durmió en los laureles, porque no es imparcial y tampoco como se expresa arriba, no motiva a los jóvenes, salvo raras excepciones que a ellos les interesa que estén.
Utilizar el Teatro Colón para esta farsa fue demagogia que los organizadores propusieron tratando de convencer al público que era un evento serio y de calidad. Nada más lejos.
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