"Nadie se desembaraza de un hábito o de un vicio tirándolo de una vez por la ventana; hay que sacarlo por la escalera, peldaño a peldaño". (Mark Twain)
El vicio de desvirtuar las situaciones, torcer los hechos, discutir vanamente, increpar lleno de rencor personal porque no han podido cubrir sus ambiciones, querer sobresalir cueste lo que cueste, pretender tapar el sol con un dedo y no ver la realidad, está arraigado adentro del Legislativo y si todos no ponen algo de coherencia y de preocupación por el pueblo que los votó, es que el vicio jamás se irá y los perjudicados de siempre son los habitantes de este partido de Pinamar.
Pareciera que no saben separar los tantos, que corresponde a cada quien y todo resultaría una mezcla de privado y de estado, Ejecutivo y Legislativo, todo es igual como el tango Cambalache, la biblia y el calefón.
El tema familiar del concejal Viotti, es utilizado como si fuera del estado, cuando en realidad a éste le corresponde el rol de la habilitación del balneario, si no está habilitado, ¿porqué? y cual es la solución si la tiene, caso contrario tendría que pedir licencia el edil Viotti. Si tiene causa judicial o no, ("el que está libre de culpa que tire la primera piedra", Porrettti con una causa más grave, procesado, ocupó una banca dañina, sin escrúpulos y pensando sólo en su bolsillo), no justifica que no se toque el tema de fondo y se vayan por las ramas.
Respecto al parador trucho las acciones ya se han tomado a nivel nacional que es de suponer pueden tener más acceso a expedientes que los propios concejales pero también deja claro, la falta de controles de Fiscalización (por diversos motivos) la cual creeríamos se les pasó o se les fue de la mano el fiscalizar.
Lamentablemente siguen los malos vicios adentro del Concejo y algunos oportunistas hacen la suya también afuera del Legislativo pero ¿impulsados por algún concejal?
Fue evidente en la reunión de ayer en el Deliberativo, los roces que hubieron entre algunos concejales y el intendente, la agresividad manifiesta en las palabras, de ambas partes (faltaban las piñas).
Desembarazarse de estos vicios lleva su tiempo pero si no comienzan ya, se vuelve crónico.
Nelly Maletich
El vicio de desvirtuar las situaciones, torcer los hechos, discutir vanamente, increpar lleno de rencor personal porque no han podido cubrir sus ambiciones, querer sobresalir cueste lo que cueste, pretender tapar el sol con un dedo y no ver la realidad, está arraigado adentro del Legislativo y si todos no ponen algo de coherencia y de preocupación por el pueblo que los votó, es que el vicio jamás se irá y los perjudicados de siempre son los habitantes de este partido de Pinamar.
Pareciera que no saben separar los tantos, que corresponde a cada quien y todo resultaría una mezcla de privado y de estado, Ejecutivo y Legislativo, todo es igual como el tango Cambalache, la biblia y el calefón.
El tema familiar del concejal Viotti, es utilizado como si fuera del estado, cuando en realidad a éste le corresponde el rol de la habilitación del balneario, si no está habilitado, ¿porqué? y cual es la solución si la tiene, caso contrario tendría que pedir licencia el edil Viotti. Si tiene causa judicial o no, ("el que está libre de culpa que tire la primera piedra", Porrettti con una causa más grave, procesado, ocupó una banca dañina, sin escrúpulos y pensando sólo en su bolsillo), no justifica que no se toque el tema de fondo y se vayan por las ramas.
Respecto al parador trucho las acciones ya se han tomado a nivel nacional que es de suponer pueden tener más acceso a expedientes que los propios concejales pero también deja claro, la falta de controles de Fiscalización (por diversos motivos) la cual creeríamos se les pasó o se les fue de la mano el fiscalizar.
Lamentablemente siguen los malos vicios adentro del Concejo y algunos oportunistas hacen la suya también afuera del Legislativo pero ¿impulsados por algún concejal?
Fue evidente en la reunión de ayer en el Deliberativo, los roces que hubieron entre algunos concejales y el intendente, la agresividad manifiesta en las palabras, de ambas partes (faltaban las piñas).
Desembarazarse de estos vicios lleva su tiempo pero si no comienzan ya, se vuelve crónico.
Nelly Maletich
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