En esta situación también se repite el reclutamiento de personas para trabajo de venta en playa.
En Florencio Varela, fueron reclutadas para trabajar en la playa, vendiendo, dos chicas de 15 y 16 años; pero cuando llegaron a Pinamar, no era así el tema.
Un individuo apodado "el japonés" se apoderó de ellas, explotándolas en el trabajo más viejo del mundo: la prostitución.
Fueron rescatadas, por el propio hijo del sujeto, quien tendría el encargue de llevar a las chicas a determinado lugar e ir a buscarlas una vez hecho el trabajo. La codicia rompe el saco y el japonés lo rompería pues se guardaría todo el dinero mal adquirido, para él.
De esta forma fueron las chicas llevadas al hospital comunitario de Pinamar, donde permanecerían aún, para su atención. Se investiga.
En Florencio Varela, fueron reclutadas para trabajar en la playa, vendiendo, dos chicas de 15 y 16 años; pero cuando llegaron a Pinamar, no era así el tema.
Un individuo apodado "el japonés" se apoderó de ellas, explotándolas en el trabajo más viejo del mundo: la prostitución.
Fueron rescatadas, por el propio hijo del sujeto, quien tendría el encargue de llevar a las chicas a determinado lugar e ir a buscarlas una vez hecho el trabajo. La codicia rompe el saco y el japonés lo rompería pues se guardaría todo el dinero mal adquirido, para él.
De esta forma fueron las chicas llevadas al hospital comunitario de Pinamar, donde permanecerían aún, para su atención. Se investiga.
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