En una medida tomada de improviso e inconsulta, unos diez taxis, cortaron el paso en la entrada a Pinamar.
Reclamaban por la intromisión de coches remises que entraban de Buenos Aires a trabajar en la temporada.
Un algo desubicada la medida y casi se diría que algunos muchachos pensaron "vamos hacer lío", mezclando como es costumbre, lo privado con lo del estado.
La mayoría de los propietarios siguieron brindando el servicio, hasta el presidente de la comisión lo hizo, algunos tontos inclusive peones, pararon perjudicándose a ellos mismos.
No se discute el reclamo, si la forma de hacerlo.
Reclamaban por la intromisión de coches remises que entraban de Buenos Aires a trabajar en la temporada.
Un algo desubicada la medida y casi se diría que algunos muchachos pensaron "vamos hacer lío", mezclando como es costumbre, lo privado con lo del estado.
La mayoría de los propietarios siguieron brindando el servicio, hasta el presidente de la comisión lo hizo, algunos tontos inclusive peones, pararon perjudicándose a ellos mismos.
No se discute el reclamo, si la forma de hacerlo.
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