En medios nacionales, para ser más preciso, en Telefe, se vieron imágenes de la costa pinamarense donde termina el último balneario, refugio de 4x4, jeep y cuatriciclos y muestra de inconscientes que los manejan.
La nota publicada en todos los medios, en este caso, del canal nombrado, se dio por el accidente que sufriera un chico de 11 años que manejaba un aparato de tal magnitud, en los médanos donde por falta de visión chocó con otro.
Esto es reiterativo, los accidentes son pan de cada día aunque se pretenderían tapar, dado que los propios medios nacionales dan cuenta que unos ocho mil a diez mil cuatriciclos transitan las arenas de Pinamar, sin control. Sólo en la entrada del último balneario se fiscaliza si tiene casco, otras menudencias y así pasa como perro por su casa, sin importar nada. Pasada la barrera de control y ya lejos de todo, andan por la orilla y por los médanos descontrolados, sin respeto por la vida propia y mucho menos por la ajena.
Leyendo los comentarios del diario La Nación sobre el hecho, los lectores trataban de todo un poco al padre y a los padres por la falta de cuidado y por dejar en manos de un chico que no tiene la fuerza, ni los reflejos de un mayor, el manejo de una máquina que ya varios accidentes produjo.
Es cierto, tengo el ejemplo de un vecino que comenzó a traer uno de estos vehículos en el cual andaba el padre y luego el hijo de diez años, sólo; ahora este verano se apareció con dos cuatri y suelen andar por la calle como nada, sin casco para mayor de males. El padre quizá ignorante de los riesgos que podría correr su hijo, le compró al chico de 10 años un vehículo tan grande como el que maneja él.
De estos casos está lleno Pinamar. Es sabido que esas máquinas no pueden andar por la vía pública y sin embargo andan en contravención, también filmado por la TV; a veces suelen verse sin casco y hasta cuatro menores arriba. ¿Y los inspectores? Bien gracias. Es preferible que se enojen o pateen ellos cuando se les incauta el vehículo, que aprendan que aquí no es tierra de nadie ¿o sí? ¿O prefieren que se mate alguno? Ya sucedió, no busquemos más problemas. No van a dejar de venir si se les pone freno.
Respecto a los controles, recordemos lo que pasó con la playa: al pelo de agua es jurisdicción de Prefectura, del pelo de agua al continente de la provincia y en el continente del gobierno local.
En la frontera se tendría que trabajar, los tres en concordancia al tema. Pero buscarle una solución porque hasta las mismas 4x4 que están estacionadas en la orilla, su gente, podría recibir algún daño de desaprensivos que siempre los hay. Y una cuestión que nadie nombra: el uso y abuso de las grandes dunas que hacen de contención para que no entre el agua de mar a las napas de agua dulce, que cada vez más, se vería perjudicada. Los ambientalistas que tanto opinan siempre ¿qué dicen de esto?
Nelly Maletich
La nota publicada en todos los medios, en este caso, del canal nombrado, se dio por el accidente que sufriera un chico de 11 años que manejaba un aparato de tal magnitud, en los médanos donde por falta de visión chocó con otro.
Esto es reiterativo, los accidentes son pan de cada día aunque se pretenderían tapar, dado que los propios medios nacionales dan cuenta que unos ocho mil a diez mil cuatriciclos transitan las arenas de Pinamar, sin control. Sólo en la entrada del último balneario se fiscaliza si tiene casco, otras menudencias y así pasa como perro por su casa, sin importar nada. Pasada la barrera de control y ya lejos de todo, andan por la orilla y por los médanos descontrolados, sin respeto por la vida propia y mucho menos por la ajena.
Leyendo los comentarios del diario La Nación sobre el hecho, los lectores trataban de todo un poco al padre y a los padres por la falta de cuidado y por dejar en manos de un chico que no tiene la fuerza, ni los reflejos de un mayor, el manejo de una máquina que ya varios accidentes produjo.
Es cierto, tengo el ejemplo de un vecino que comenzó a traer uno de estos vehículos en el cual andaba el padre y luego el hijo de diez años, sólo; ahora este verano se apareció con dos cuatri y suelen andar por la calle como nada, sin casco para mayor de males. El padre quizá ignorante de los riesgos que podría correr su hijo, le compró al chico de 10 años un vehículo tan grande como el que maneja él.
De estos casos está lleno Pinamar. Es sabido que esas máquinas no pueden andar por la vía pública y sin embargo andan en contravención, también filmado por la TV; a veces suelen verse sin casco y hasta cuatro menores arriba. ¿Y los inspectores? Bien gracias. Es preferible que se enojen o pateen ellos cuando se les incauta el vehículo, que aprendan que aquí no es tierra de nadie ¿o sí? ¿O prefieren que se mate alguno? Ya sucedió, no busquemos más problemas. No van a dejar de venir si se les pone freno.
Respecto a los controles, recordemos lo que pasó con la playa: al pelo de agua es jurisdicción de Prefectura, del pelo de agua al continente de la provincia y en el continente del gobierno local.
En la frontera se tendría que trabajar, los tres en concordancia al tema. Pero buscarle una solución porque hasta las mismas 4x4 que están estacionadas en la orilla, su gente, podría recibir algún daño de desaprensivos que siempre los hay. Y una cuestión que nadie nombra: el uso y abuso de las grandes dunas que hacen de contención para que no entre el agua de mar a las napas de agua dulce, que cada vez más, se vería perjudicada. Los ambientalistas que tanto opinan siempre ¿qué dicen de esto?
Nelly Maletich
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