Fin de semana. Merece una reflexión sobre todo lo sucedido políticamente en este Pinamar que quiere y no quiere pacificarse.
Por un lado las vicisitudes económicas y por otro, todo el enredo político el cual tratan de todas formas que sobresalga de los problemas sociales que tiene la comunidad. Cuanto más lío político, menos se ocupa o se entera la gente de lo que verdaderamente pasa y que directamente le compete porque hace a su vivencia. Esa es quizá la intención de algunos, distraer mientras ellos acomodan sus fichas donde les conviene.
Esta semana, llamó la atención primero, la aprobación de la reforma tributaria aprobada en el HCD, luego la toma del cargo de Secretario de Turismo por el ex concejal Alfredo Baldini cuya carrera política en Pinamar fue velocísima; luego apareció la intención de crear el Tribunal de Faltas, donde se postularía Alberto Germain, y la frutilla del postre, la llegada del Vice Gobernador y del Gobernador a Pinamar en el término de 24 horas.
Tal cual lo anunciáramos meses atrás, cuando la destitución del intendente Altieri, un papel sobre el escritorio de la gobernación provincial, estaba pronto para una intervención en Pinamar. Pesaban varios ítems para que el gobernador Scioli no quisiera ejecutarlo: una intervención sacaba del camino no sólo al intendente interino sino también a todo el concejo donde por supuesto están los pejotistas; no quería tomar acciones contra el MUPP porque sacado del medio el hueso duro de roer, (lo que le costó que lo destituyeran) con Muriale se podía conseguir algo; sabía que con el accionar del Bloque Justicialista, iban perdiendo la comuna y que a futuro no tendrían resultados buenos; la premisa era bajar los decibeles, ubicarse en algún puesto, "hacer chapa" porque si trabajarían en forma normal, aceptable, podrían posicionar al partido para el 2013 primero y el 2015 después.
Se dio la colocación de otro pejotista en la municipalidad y vino primero Mariotto, sólo, no lo acompañaron senadores como en el caso de Necochea, y esto se debería a que no están de acuerdo en compartir charla con el Presidente del Partido Justicialista. Mariotto además de apoyar ciertas cosas que se hicieron en Pinamar vino a "calmar" a algunos revoltosos que aún persistían en estar contra el gobierno porque no habían tenido cabida en él. ¿Los habrá motivado algo? Mariotto defendió eso si, la causa de Cariló a favor de la no separación.
Al otro día apareció Scioli, a la UADE y esquivó olímpicamente la misma pregunta sobre Cariló diciendo bla bla bla bla, pero nada, no tocando a los pejotistas de Madariaga.
Y todo esto se fue perfilando hacia una distracción de todo lo que está pasando en Pinamar, creyéndose seguramente que todos son estúpidos.
Ayer a la noche algo de raciocinio se vislumbró en la marcha por el 8N en Pinamar. Parece que las ovejas están saltando el alambrado.
Nelly Maletich
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